Pues esa dichosa "ley de participación ciudadana" si que es un asunto más bien convenenciero. De entrada se trata de una dirección que ya fue degradada a sub-dirección y ha sido utilizada para fines netamente partidistas (perredistas, por supuesto) pues resulta que la consulta que más afluencia tuvo, data de las épocas en las que sometió a la consideración de la ciudadanía la permanencia de López Obrador como Jefe de Gobierno en el 2002. En ese entonces vaya que les interesaba que los ciudadanos opináramos al respecto y sin tener mucha vela en el entierro del pleito entre AMLO y el ranchero de triste memoria (pero multimillonario) Vicentico Fox. El caso es que esos más de 600 mil votos que se obtuvieron fueron más que bien aprovechados políticamente.
Con las reformas que se han hecho a esta mentada ley, yo quisiera proponer una nueva denominación a la misma: LEY UNILATERAL SIN PARTICIPACION CIUDADANA. Este término define con mayor claridad las oscuras intenciones de un gobierno y sus secuaces perdón quise decir legisladores o asambleístas que, en todo caso parecen estar pintados o ser comparsa, pues se entiende que los perredistas pasarán todo lo que convenga a su amo (otra vez perdón) quise decir jefazo de gobierno, pero ¿qué pasa con los que se supone que son de oposición? ¿También necesitarán de unos ultramodernos IPADS para votar en contra de las leyes que tienen como objetivo borrarle los derechos a los ciudadanos?
Seguiremos con el tema, porque vale la pena que abramos los ojos y los oídos.
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