Para un Jefe de Gobierno si que está fácil y cómodo vivir en una ciudad como la de México, primero porque NUNCA utilizará transporte público (ese es para la perrada); segundo, cuando se desplaza de un lugar a otro siempre le organizan espectaculares operativos viales para que el tránsito sea fluído por donde pasará el influyente; tercero, si le apetece darse aires de ecologista, se calza un ajustado mallón y viaja rodeado de achichincles y guararuras, no vaya a ser que algún microbusero le eche lámina.
Si Marcelo Ebrard tuviera que desplazarse por la ciudad como un simple y terrenal capitalino, seguro no estaría tan obsesionado y necio con la construcción de una Supervía para salvarnos de un colapso vial. Para que no se diga y seamos propositivos, plantearemos una ruta para llegar de Magdalena Contreras a su oficina en el Palacio del Ayuntamiento, no sólo hablando de la problemática, sino de posibles soluciones.
1.- Debido a que Contreras es una Delegación con un pintoresco, pero pueblerino trazo urbano (por ser generosos y llamarle de alguna manera a sus angostas calles que ni a banqueta llegan), el carnal Marcelo tendría que caminar por lo menos 10 ó 15 minutos para llegar a alguna avenida principal para abordar un microbús.
POSIBLE SOLUCION: Si bien es cierto que está difícil ensanchar las calles, sería bueno que éstas estuvieran bien iluminadas, porque el recorrido que se hace en la mañana, se hace en la noche de regreso a casa.
2.- Una vez en la avenida principal (y con un mucho de suerte) Ebrard podría viajar cómodamente en el estribo de un atiborrado microbús, con su preciado copete volando caprichosamente con el matutino aire. Por supuesto el chofer de la unidad sería un patán con la música a todo volumen, insistiendo amablemente al pasaje que se recorra aunque ya no quepa un alfiler y haciendo paradas cada diez metros, con lo que el trayecto se hace laaaaaaarrrrrrrgggggguuuuuuiiiiiiisssssssiiiiiiimmooooo y tortuoso.
POSIBLE SOLUCION: Los choferes del transporte público parecen ser ajenos a las más elemtales reglas de conducción, si se les sansionara, cambiarían su actitud y obligándolos a respetar paradas establecidas los recorridos serían más rápidos y se agilizaría significativamente el tráfico.
3.- Una vez superada esta etapa. el aspirante presidencial (según él) llegaría al Metro Copilco o Miguel Angel de Quevedo y ahí tendría que pasar las de Caín para tratar de abordar un vagón para llegar a la estación de Hidalgo, donde tendría que transbordar. Por supuesto tendría oportunidad, durante todo el trayecto, de disfrutar la música a todo volumen o los gritos de infinidad de vagoneros que se suben en cada estación para vender toda clase de artículos y piratería.
POSIBLE SOLUCION: El Metro ha demostrado su enorme valía y efciencia en nuestra ciudad, por lo que valdría la pena aumentar las corridas, para transportar a un mayor número de personas.
Pues entre todo esto, monsieur Ebrard haría entre hora y media y dos horas sólo para llegar a su trabajo.¿No cree usted que sería bueno que los políticos se dieran auténticos baños de pueblo para que vean lo que padece la raza? Yo si!
1 comentario:
Si Marcelo fuera como uno de los millones de mexicanos de esta capital, con su vocho, limitado al no circula, con un salario que ronda los 4000 pesos no andaría pensando en vías de cuota. Propuesta: que pague, acorde a su altísimo salario el uso de cualquier vía en el df, haber si entonces defiende con tanta fiereza el que te cobren por usar una vía publica
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