sábado, 19 de junio de 2010
LOS COSTOS POLITICOS DE LA SUPERVIA
Marcelo Ebrard ve por sus propios intereses, porque no lo hace ni por los de "sus" ciudadanos, de sus ex-jefes (AMLO) ni por los de "su" partido. Esto queda claro cuando tiene oídos sordos para las solicitudes de información de los ciudadanos afectados directamente, o para las recomendaciones de López Obrador y de Manuel Oropeza Morales, presidente del PRD en el D.F., en el sentido de suspender el proyecto de la SUPERVIA PONIENTE ya que tendrá un impacto ambiental absolutamente negativo.
Oropeza mismo ha aceptado que esta posición tan cerrada de Ebrard, tendrá consecuencias serias para su partido en las próximas elecciones, sobre todo en las zonas involucradas. Por supuesto el dirigente del PRD en la capital argumenta que esta no es su mayor preocupación, pues dice que lo que realmente le angustia es la cuestión ecológica (si, como no).
Como decían en El Chapulin Colorado "Y ahora ¿quién podrá defendernos?" Pues tal parece que el poder ya enloqueció a Ebrard y no está dispuesto a considerar siquiera que las cosas se hagan de manera distinta a como el las quiere hacer. Quién será el guapo que se le acerque al oído y le diga "Su Alteza Serenísima, sería oportuno que le recordara que el partido político en el que supuestamente militamos es de izquierda, por lo que tendríamos que hacer como que vemos por los intereses de las mayorías y no deberíamos de privatizar las vías de comunicación, su excelencia"
A los gobernantes se les debe de poner límites y esa labor es necesaria por parte de los gobernados ¿cómo? expresando en las urnas la opinión respecto a su trabajo.
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