domingo, 27 de junio de 2010

¿Y LA DELEGACION QUE?

Se supone que, desde hace algunos años, en la Ciudad de México se establecieron normas para hacerla más democrática. Se supone que, para evitar ciertas irregularidades, ya no es el Jefe de Gobierno quien designa a los Delegados políticos y que éstos son elegidos en las urnas. Se supone que los ciudadanos eligen a las autoridades para que éstas velen por sus intereses y los representen ante las autoridades.
Si todas estas suposiciones fueran ciertas, entonces no tendríamos que preguntar ¿Por qué las autoridades delegacionales apoyan incondicionalmente la construcción de la Supervía?
Ellos tendrían que ser imparciales o, en todo caso, estar de parte de LOS CIUDADANOS porque es a la ciudadanía a quien le deben sus cargos. La realidad y el problema es que ven por su futuro político y no por los efectos y los daños que puede provocar el gobierno central con sus decisiones unilaterales, como sucede con este asunto de la Supervía Poniente.
El desinterés y desprecio con el que las autoridades nos tratan es un insulto a nuestros derechos y a nuestra inteligencia. Su misión debería estar muy por encima de su necesidad de agradar a quienes creen ellos que son sus jefes. En este caso, los delegados de las demarcaciones afectadas por la Supervía tendrían que ser los interlocutores con el gobierno central para que las voces de los vecinos se escucharan. Lejos de ello, se prestan para jugar un papel represor y se dedican a amedrentar a quienes tratamos de exigir nuestros derechos. Ellos NO tienen que ser el brazo ejecutor de la intolerancia. La ciudad es nuestra y a ellos se les paga por cumplir una función administrativa, no es posible que utilicen los recursos que les son confiados para desalentar cualquier movimiento que se manifieste o cuestione decisiones unilaterales.
No debemos olvidar que quien es ahora Delegado, mañana aspirará a ser Diputado o Senador y en su discurso de campaña, se comprometerá "a defender con su vida" los derechos de quien vote por él (o ella). Es fundamental que les hagamos saber a los funcionarios (sean del nivel que sean) que SI tenemos memoria, que cumplan lo que prometen y que no se olviden de nosotros cuando obtienen lo que quieren. Es una cuestión de respeto y madurez social y política que cada día es más apremiante en esta gran ciudad, en este país.

No hay comentarios: